domingo, 9 de abril de 2017

Viernes de Dolores: Se Abre el Portón

Se abre el portón 

Es tiempo de sobriedad, es tiempo de silencio, el momento en el que el portón de la Iglesia del Espíritu Santo se abre. Comienza un período en la que Zamora se transforma y deja escapar todas las ganas de Semana Santa retenidas de un año atrás. El portón se abre y de nuevo la estameña y la vela caminan lentas, detrás de la cruz guía. 


Es tiempo de silencio que rompe el tañido del campanil que abre el camino. El aire vuelve a llenarse en Zamora, un año después, de incienso que asciende como el cortejo hacia la Catedral, entrando sinuoso por las tradicionales subidas y estrechas calles.

Hay más miradas puestas en el portón, pues con un misticismo y recogimiento intimo, asoma el coro de la hermandad que acompaña entonando el "Crux Fidelis". Rompe el silencio las voces como un himno que sobrecoge el ambiente y se enmudecen las filas de Zamoranos que esperan la salida de la imagen titular.



La talla parece que avanza sola, mientras los hermanos cargadores bajan al brazo las andas para permitir la salida por una noche más de la que es su casa, dedicándole honores allá en la Catedral. 

Los hermanos y hermanas reunidos en el atrio en un acto íntimo, acompañan en silencio, donde el coro vuelve a entonar, esta vez junto con más gargantas, el reverencial motete "Christus Factus Est".

Es momento de regresar, de nuevo, al arrabal. No sin antes esperar a que los hermanos y hermanas realicen su ofrenda, tras la petición de su Abad de: "Hermanos, no ponemos de rodillas" con reverencia ante su Cristo, descendiendo por la cuesta del mercadillo, reflejando el descenso de las emociones elevadas un momento antes con tanta sobriedad.

De nuevo frente a la Iglesia, con el animo recargado, se enfrenta el crucificado al interior de su hogar a la vista de todos los hermanos, con la armonía del coro envuelto en el aroma a incienso.

Así, un año más, se despiden del Cristo los hermanos y hermanas poniendo las esperanzas y la ilusión del reencuentro para la cuaresma siguiente, cuando por una noche más se abra el portón.


Textos y fotos: Carlos Gutiérrez.

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